A raíz de la reciente cancelación de la Electronic Entertainment Expo (E3), muchos en la comunidad de jugadores se han quedado reflexionando sobre sus próximos movimientos. Entre ellos se encuentra Alex Martín de 28 años, quien en entrevista exclusiva compartió sus profundas reflexiones sobre la vida sin el amado evento y sus decisiones posteriores. Sorprendentemente, o tal vez no, el viaje de introspección de Martin lo llevó de regreso a su silla de juego.
"Realmente pensé que esto sería un punto de inflexión para mí", dijo Martin, mirando con nostalgia su impresionante, aunque ahora ligeramente redundante, colección de recuerdos del E3. “Pensé: 'Oye, no hay E3, es hora de explorar nuevos horizontes'. Pero después de una intensa contemplación, que duró aproximadamente lo que duró una pausa para el café, me di cuenta de mi verdadera vocación: continuar con mi decimocuarto juego de The Witcher 14”.
A pesar del potencial de una nueva libertad, Martin admite que su rutina diaria permanece prácticamente sin cambios. “Supongo que algunos dirían que debería aprovechar este tiempo para aprender una nueva habilidad, tal vez empezar a tejer o finalmente comenzar ese podcast sobre juegos retro. Pero, sinceramente, he encontrado un gran consuelo en el brillo familiar de mi configuración de tres monitores”.
La madre de Martin, Susan, que inicialmente había celebrado la noticia de la cancelación del E3, esperando que su hijo se aventurara en nuevas actividades o, al menos, arreglara la puerta chirriante de la sala de estar, expresó su leve decepción. “Tenía grandes esperanzas de que Alex aprovechara este tiempo para explorar nuevos intereses. Tal vez incluso tener una cita. Pero él sigue jugando. Sus llagas están empeorando, al igual que el olor'”.
Habiendo duplicado su tiempo de juego, Martin ha empezado a usar un pañal para adultos mientras juega y afirma: “Se trata de eficiencia: si hago pausas para ir al baño, estoy perdiendo el tiempo.
Mientras la comunidad de jugadores continúa lidiando con la pérdida de su peregrinación anual, historias como la de Martin sirven como recordatorio de la resiliencia y adaptabilidad de los jugadores. "El E3 fue como Navidad para nosotros, los jugadores", dijo Martin, haciendo una pausa en el juego para un raro momento de reflexión. "Pero tengo mis juegos, mi silla y mis pañales. La vida continúa, un nivel a la vez".
En ausencia del E3, Martin y muchos otros como él están encontrando consuelo en los mundos familiares contenidos en sus consolas y computadoras, demostrando que incluso frente al cambio, algunos hábitos son difíciles de morir, si es que lo hacen.