Columbus, Ohio – En un giro desde sus raíces conservadoras, Ohio está emergiendo ahora como el improbable epicentro de las políticas progresistas. Con la legalización de la marihuana y la expansión del derecho al aborto, el nuevo lema no oficial del estado, “Ven por la marihuana, quédate por los abortos”, está provocando revuelo y aplausos en todo el país.
El cambio comenzó de manera sutil, pero desde entonces se ha convertido en una revolución cultural y legislativa en toda regla. Los escépticos y tradicionalistas expresan su preocupación por el hecho de que el estado atraiga a un nuevo grupo demográfico de “turistas del aborto” que podrían optar por abusar del cannabis legalizado. “Es como si les estuviéramos extendiendo la alfombra roja”, se quejó un antiguo residente de Dayton, reflejando el malestar entre algunos miembros de la comunidad.
Sin embargo, la facción progresista de Ohio ha abrazado estos cambios de todo corazón. Ethel Brown, una panadera local de Columbus, se ha convertido en un símbolo de esta nueva era. Es pionera en una línea de productos horneados con infusión de cannabis y ofrece de todo, desde brownies cargados de THC hasta controvertidos pasteles del “Feliz Día del Aborto”. “Se trata de libertad de elección y expresión”, afirma Brown, mientras decora un pastel con su característico glaseado de hojas verdes.
Los efectos económicos y culturales ya se están sintiendo. Los analistas anticipan un aumento significativo en las ventas de artículos recreativos como hacky sacks y bocadillos. Sorprendentemente, las ventas de anticonceptivos podrían sufrir una caída, un efecto secundario de la postura relajada sobre el derecho al aborto.
El impacto social se extiende más allá de la economía. Las universidades de Ohio están presenciando un aumento en las solicitudes de estudiantes deseosos de participar en este nuevo experimento social. "Es como si nos hubiéramos convertido en el nuevo punto de acceso para los jóvenes progresistas", señala un profesor de la Universidad Estatal de Ohio.
Por el contrario, los residentes más conservadores del estado están lidiando con esta rápida transformación. Las reuniones públicas y los foros locales están llenos de debates y discusiones sobre las implicaciones a largo plazo de estas políticas.
Mientras Ohio traza este nuevo y audaz rumbo, se presenta como un curioso estudio de caso para el resto del país. ¿Se convertirá en un faro para los valores progresistas o será sólo una desviación momentánea de su camino tradicionalmente conservador? Lo que queda claro es que Ohio, que alguna vez fue un estado intermedio, ahora está a la vanguardia de un cambio cultural que desafía una categorización fácil. Sólo el tiempo revelará el verdadero impacto de su decisión de decir: “Vengan por la marihuana, quédense por los abortos”.