Kamala aguanta 127 minutos de entrevista de 60 minutos

Ante las acusaciones de que evita las entrevistas, la vicepresidenta Kamala Harris se arrastró a través de una entrevista de 60 minutos que parecía más como 127 horas (¿recuerdas? ¿la película con Jake Franco? ¿Y él está atrapado dentro de una roca y termina haciéndose amigo de la roca o algo así? No sé, nunca la vi, pero parece que nadie habla de eso más. Tal vez no le fue bien porque 127 horas es demasiado tiempo para una película... De todos modos, ¿de qué estaba hablando? Ah, sí...) la película.

En aras de la imparcialidad, el episodio comenzó con un segmento de 60 segundos en el que se explicaba que el candidato republicano rechazó la entrevista hasta que recibiera una disculpa por la anterior (nótese que este no es el protocolo estándar de entrevistas). En 2020, Trump acortó su entrevista en 60 Minutes, ahora, 60 Minutes quiere recuperar su tiempo. “Todos hacen 60 Minutes, es la ley”, explicó CBS, “como dijo Andy Warhol, 'En el futuro, todos tendrán que estar en 60 Minutes'”.

“Aún nos debe 39 minutos y 14 segundos, señor Trump. De una forma u otra, vamos a recuperar ese tiempo. Tic-tac-tac-tac-tac-tac”.

Aterrada de deberle a 60 Minutes tiempo valioso y con la intención de evitar una "deuda de tiempo" como la de Trump, Kamala Harris intentó extender la entrevista y usar los 60 minutos asignados sin decir mucho, evitando preguntas y dejando largas pausas entre sílabas.

Bill Whitaker interrogó a Harris sobre Medio Oriente, la economía y lo que planeaba almorzar, generando con éxito clips utilizables que ambas partes podían sacar de contexto.

Sin embargo, como para castigar a Harris por su táctica dilatoria, una vez transcurridos los 60 minutos, Whitaker no interrumpió la entrevista. Harris le rogó que la dejaran irse, pero Whitaker no cedió y continuó interrogando a la candidata presidencial. Cuando la grabación se acercaba al minuto 127, Harris pareció amenazar a Whitaker.

“Tengo una Glock”, dijo. “¿La has disparado alguna vez?”, preguntó Whitaker. “Sí. Por supuesto que sí”, respondió Kamala, con fría desesperación en sus ojos. Y así, la entrevista terminó.

Harris había sobrevivido a más de 60 minutos de 60 Minutes y estaría feliz de no volver a estar en deuda con Columbia Broadcasting System. Pero cuando llegó el momento de emitir la entrevista, la campaña de Harris quedó devastada al descubrir que solo se transmitieron aproximadamente diez minutos de la entrevista y que CBS guardaría ese tiempo para reclamarlo en cualquier momento que quisiera.

“Todavía nos deben”, continuó CBS con una voz espeluznante y cantarina, “Todos pagan la deuda de tiempo. Todos”.